La ocupación ilegal de viviendas es un acto de apropiación de un bien inmueble perteneciente a otra persona que se realiza sin su consentimiento y sin título que lo justifique.
Cada vez es más frecuente, y lo vemos más de cerca, la ocupación ilegal de viviendas por personas no autorizadas. Esa ocupación no consentida solía afectar a viviendas muy antiguas y con un deficiente estado de conservación que se encontraban vacías pero cada vez afecta a inmuebles de mejor calidad y estado, incluso con suministros dados de alta.
Normalmente la ocupación de esas viviendas la realizaban personas que pretendían vivir en ellas pero cada vez existe más picaresca llegando incluso a supuestos en que el que ocupa la vivienda después la traspasa o cede el uso a un tercero a cambio de una compensación económica, lo que supone una problemática mas agravada.
¿Qué hacer ante una ocupación ilegal?
Podremos poner fin a la ocupación ilegal optando por acudir a la jurisdicción civil o a la penal pero en ambos casos el dueño deberá probar la titularidad del inmueble, mientras que el ocupante intentará presentar algún documento acreditativo que justifique el uso.
La principal diferencia entre acudir a la vía civil y la penal es el tiempo, siendo preferible acudir a la jurisdicción civil que actúa con mayor celeridad, pues el proceso penal suele demorarse y tener una duración más prolongada.
En todo caso, la elección de una u otra jurisdicción depende en gran medida de las necesidades del propietario, de la clase de consecuencia o castigo que busquemos a esa ocupación ilegal y, especialmente, del supuesto concreto que nos afecte, habiendo variaciones procedimentales en función de si se trata de la ocupación ilegal de una vivienda o de un local/aparcamiento, si se trata una vivienda habitada o desocupada, o incluso si la ocupación fue pacífica o violenta.
Posibles soluciones ante la ocupación ilegal de nuestra vivienda
En tiempos tan convulsos como los actuales, se ha instalado la creencia de que resulta imposible echar a un «okupa» pero esto no es así. Tenemos que estudiar el caso concreto y elegir la alternativa que mejor se adapte a nuestras posibilidades para conseguir el desalojo.
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